El 3 de marzo de 1943 marcó un antes y un después en la historia de la salud y de la enfermería en Latinoamérica, gracias a Elvira Dávila, una estudiante colombiana.
Por Dirección de Comunicación. 03 marzo, 2020.El 3 de marzo de 1943 marcó un antes y un después en la historia de la salud y de la enfermería en Latinoamérica. Elvira Dávila, una estudiante colombiana, presenta una tesis revolucionaria basada en transfusiones de sangre y plasma. Con ello, se gradúa de enfermera, a pesar de que sus padres estuvieran, en un inicio, en desacuerdo con que siguiera su sueño de estudiar esta carrera.
Su investigación científica la llevó a tener una carrera prominente y, pese a las muchas dificultades, de realizar las primeras transfusiones sanguíneas en las fontanelas anteriores de los recién nacidos; en aquella época, muchos de ellos morían por anemia.
Dos meses después de su graduación, uno de los jurados de su tesis, Jorge Cavelier, director del Hospital La Samaritana y de la Cruz Roja Colombiana, le propone crear el primer banco de sangre, a lo que ella acepta, denominándolo “Banco de sangre Bavaria”. A pesar de los grandes avances, no había donantes voluntarios, pues había el temor de contraer enfermedades contagiosas, por lo que Elvira busca apoyo entre sus amistades y decide, además, pagar cinco centavos por cada centímetro cúbico donado, previo procedimiento para asegurar que no se realizaría ningún contagio.
Posteriormente, viaja como enfermera voluntaria a Nueva York, durante la Segunda Guerra Mundial, donde aprendió instrumentación quirúrgica. Al regresar a Colombia, con el apoyo del profesor Cavelier, instala seis salas de cirugía; sin embargo, al no contar con enfermeras, solo con religiosas, funda la Facultad de Enfermería que, actualmente, forma parte de la Pontificia Universidad Javeriana.
Esta pionera de enfermería nos deja un legajo lleno de lecciones y motivación, que debemos seguir, construyendo un sentimiento altruista y humano hacia los demás, perfeccionando nuestras habilidades, el aprendizaje continuo y con la investigación para solucionar la problemática que se presenta a diario, en el quehacer de un enfermero.
Asimismo, la historia de Elvira demuestra que el personal de enfermería es indispensable en el equipo de salud, pues cuidan del paciente, valorando e identificando sus necesidades de forma holística para brindar una atención integral. La enfermera facilita la comunicación y permite la interacción del médico con los familiares; y, además, contribuye con los conocimientos específicos de su profesión, a crear un ambiente agradable de confianza y seguridad.
(*) Artículo escrito por la Lic. Enf. Judith Rojas Ávila.